El regreso del terror grotesco, X
- Tikkizzy
- 9 jun 2022
- 3 Min. de lectura
A24 lo ha vuelto a hacer. Si seguimos un poco el rastro de sus películas de terror, encontramos películas con detalles meticulosos y simbologías que nos presentan situaciones que pueden ser reales. Midsommar, nos expuso la realidad de comunidades autónomas que son inclasificables dentro del bien y el mal, puesto que todo es una cuestión de perspectiva cultural. Así mismo, X nos presenta un asunto similar. En esta película, aunque no podemos hablar de un terror antropológico, si podemos hablar del poder del discurso en una sociedad.
Para empezar, me gustaría hablar sobre los planos, el guion, las actuaciones y la musicalización. En general la película adopta todos los aspectos de una gran producción: Tomas increíbles comparables con grandes producciones de culto; una fotografía espectacular donde la naturaleza y el entorno toman gran parte del protagonismo; un tratamiento de color que brinda la sensación de estar en la época y sobre todas las cosas, una banda sonora que te seguirá rondando en la cabeza hasta días después de haber terminado la película.
No deseo realizar ningún tipo de spoiler respecto a la trama principal, por lo que, sin entrar en detalles, el guion cuenta una historia en 3 actos donde cada uno de los personajes posee un desarrollo y logras conocerlos a fondo. Desde ya es bueno saber que no cumple con el canon de los slashers ochenteros donde el afroamericano muere de primero y todos son vísceras y sangre en toda la película. Al contrario, esta película posee algo que el terror ha ido perdiendo a través de los años: La incomodidad y lo grotesco. Aquí, nuevamente, la sensación es subjetiva, pero sin lugar a duda, algunos fragmentos de la película te generarán incomodidad y te llevarán a repensar si cerrar los ojos o detallar la escena mientras batallas con el asco.

La película se encuentra ambientada en los años 70, más específicamente en 1979, una época en la que la religión enfrentaba una batalla muy grande contra las drogas, el sexo y el libertinaje. Así mismo, el poder del discurso gira en torno a cómo adoctrinas a las personas para creer en un colectivo. Por este contraste entre creencias es imposible catalogar los actos como buenos o malos, cada uno tienen sus bases, sus justificaciones, sus ideas que respaldan en la manera de actuar. Sin embargo, es una manera de jugar con la subjetividad y el juicio de los espectadores dado que, en varios puntos, logran hacerte dudar si el villano es realmente el villano o es posible justificar su actuar.
La película, es una mezcla entre la masacre en Texas, El resplandor y Psicosis, incluso uno de los personajes hace una referencia directa a esta última durante la película, mencionando que es su favorita. Por esto, es innegable que la película capta muy bien el terror de los años 70 y hace un homenaje muy detallado y trabajado con pinzas a estas producciones.

Para finalizar solo nos resta brindarles una extensa invitación a que se tomen el tiempo de ver esta película. El cine independiente muchas veces tiende a ser monótono o para un público más específico, sin embargo, esta película te logra mantener enganchado, ya que muchos acontecimientos van siendo narrados entre líneas por los mismos personajes, por lo que puedes ir adivinando el desenlace de cada uno de ellos. Además, dependiendo de los asistentes con los que la veas, muchas de sus escenas pueden generar risas o sorpresas, pero sin duda alguna, toda la sala disfrutará de algunos momentos de tensión y gracias al trabajo sonoro, un par de brincos.
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